Palabras de regalo...

Estas líneas las recibí de un gran amigo, y merecen en todo sentido ser parte de este blog...espero que las lean y las disfruten.

Nuestra época está marcada por un estado de tensión constante. La sociedad moderna se transforma vertiginosamente a una velocidad cada vez más creciente. El cambio y la incertidumbre son motivo de estrés. Incluso los niños se ven en la necesidad de competir por sus calificaciones escolares ante las crecientes exigencias sociales. Mientras tanto, se van debilitando lazos importantes, a pesar de que las relaciones personales son un factor crucial para la estabilidad del ser humano.En cierta oportunidad, un psicólogo de los Estados Unidos elaboró una lista de los acontecimientos de la vida que provocan mayor estrés. El primer lugar estaba ocupado por la pérdida de la pareja; luego, seguían el divorcio, la separación y el arresto. Según el estudio, curiosamente, hasta los sucesos dichosos pueden causar tensión, puesto que el matrimonio figuraba en el séptimo puesto, antecedido por las heridas y la enfermedad, y seguido del desempleo. El estrés, además, induce la aparición de enfermedades. Se lo ha relacionado con dolencias como la dermatosis, las alergias, el asma, las úlceras y el cáncer, lo cual confirma que la mente y el cuerpo están íntimamente conectados. La tensión reduce la resistencia inmunológica de nuestro organismo y nos hace vulnerables a diversas afecciones. A su vez, comer o beber en exceso, en un afán de resarcir dicho estado anímico, puede ser tan dañino como el mismo estrés. Por otra parte, cualidades positivas como el sentido de responsabilidad o el perfeccionismo también incrementan el estrés. Estar pendiente de la mirada de los otros es una causa innecesaria de tensión y de inseguridad.Lo importante es no compararse con los demás y ser fiel a uno mismo. Cada uno es protagonista de su propia historia. Por eso, la mejor manera de llevar adelante una vida positiva es tomar nuestras propias decisiones, responsabilizarse por ellas y permanecer fieles a nuestros principios, tal como somos. Se ha comprobado que quienes se cohíben o tienen dificultades para expresar sus opiniones o sentimientos suelen ser más vulnerables al estrés.Más que el ajetreo de la vida moderna, la inseguridad y la ansiedad son los factores que menoscaban en mayor grado la salud física y mental. Dicen que las máquinas no se dañan por el uso continuo, sino por la fricción constante. Indudablemente, la preocupación y el estrés son factores que ejercen "fricción"en la existencia de una persona.Hace algunos años, conocí al doctor Anthony Marsella, psicólogo y académico de la Universidad de Hawai. Para combatir el estrés, el doctor Marsella sugería lo siguiente: regular el ritmo de vida diario, mantener un pensamiento positivo y constructivo, no posponer lo que requiera atención inmediata, hacer tiempo para orar, meditar o reflexionar, alimentarse con una dieta balanceada, hacer ejercicio de manera regular, dormir adecuadamente y mantener la comunicación con otras personas.Una vez leí sobre un pueblo estadounidense llamado Roseto, situado en Pensilvania, que ostentaba una tasa considerablemente baja de muertes por enfermedades cardíacas, que, por lo general, suelen relacionarse con el estrés. En la localidad, fundada por inmigrantes italianos, había un gran porcentaje de habitantes que comía en exceso; su dieta incluía grandes cantidades de grasa y carnes, y muchos de ellos eran fumadores. Los especialistas trataron de averiguar la razón de su buena salud. Pronto descubrieron que el pueblo era como una gran familia unida, en la que todos se preocupaban recíprocamente por el bienestar del otro y disfrutaban de buenas relaciones de intercambio entre vecinos.Desafortunadamente, con el paso del tiempo, los sólidos lazos entre los integrantes de la comunidad de Roseto se fueron rompiendo. Como resultado, debido a que los hábitos alimenticios siguieron siendo los mismos, la tasa de enfermedades cardíacas comenzó a subir gradualmente, hasta alcanzar el promedio del resto de los Estados Unidos.Tener un buen amigo, alguien a quien acudir para recibir un consejo, con quien hablar confiadamente sobre cualquier tema, nos permite conservar el equilibrio y sentirnos bien. El buen humor y la risa constituyen otro elemento importante para aliviar la tensión.Remedios simples, como dormir, alimentarse bien, bañarse o hacer ejercicios ligeros también ayudan mucho. El secreto es aprovechar nuestro tiempo con sabiduría y permitirnos un refrescante cambio de ritmo de vez en cuando. Todos deberíamos procurarnos cada día un tiempo para descansar, ya sea escuchando música o caminando al aire libre, aunque sea por diez o quince minutos.Al encontrarnos ante una situación agobiante, es natural que nos sintamos las personas más miserables y desdichadas del planeta. Cuando se experimenta una fuerte tensión y ansiedad, es fácil devanear en cavilaciones o que surja el deseo de aislarse. En una circunstancia como esa, un médico recomienda como tratamiento realizar sesiones en grupo entre personas que estén confrontando la misma situación; de esa manera, todos pueden emplear su energía en buscar el modo de ayudarse mutuamente. Al parecer, este tipo de terapia grupal ha sido exitoso.Cuando salimos de nuestro aislamiento y nos ponemos en acción para bien de los demás, hacemos que brote de nuestro interior un enorme caudal de esperanza y de vitalidad.Relajarnos en casa sin hacer nada no es la mejor manera de eliminar el estrés o de recomponernos. En ocasiones, poner nuestro empeño en algo fuera de nosotros mismos puede convertirse en el remedio más efectivo para aliviar la tensión.Por fortuna, la vida del ser humano está dotada de la capacidad innata de convertir lo negativo en positivo. La clave es aprovechar el estrés como un viento a favor que nos permita remontar vuelo, y no dejarnos abatir por él. Todo depende de nuestra decisión. Como enseña el budismo, lo que alienta nuestra vida, en su nivel más profundo, son la determinación y la postura espiritual.Un avión no puede volar sin la resistencia del aire que propicie su ascenso. Del mismo modo, experimentar problemas ante los cuales desafiarnos, nos permite encontrar el rumbo de nuestras existencias. Todo depende de hacer buen uso del viento. Ya que mientras vivamos experimentaremos inevitablemente estrés en la vida, lo importante es aprender a manejarlo y a aprovecharlo para impulsar nuestro crecimiento, ampliar nuestros horizontes y encontrar mayor felicidad

Aunque pasen los años...

Hay una pregunta que yo les he hecho varias veces ya tanto a mi psicóloga como a mi psiquiatra.
¿Esta enfermedad, el Trasorno de ansiedad, y todos sus “derivados, hijos, formas”, los ataques de Pánico, las fobias, las obsesiones compulsivas..etc…; alguna vez desaparecen del todo, definitivamente? ¿Voy a poder ser una persona del montón, que no vive pendiente de sus pensamientos, de su medicación, de salir o no salir a la calle, que puede andar por la vida sin sentirse permanentemente acosada por estos síntomas o por el miedo a la aparición de ellos?.
Insisto con esto siempre…inconforme por no encontrar la respuesta que quiero.
En realidad, vivo preguntandolo. Porque en el fondo, además de padecerlo y sufrirlo todos los días, parte de la mente se ocupa en pensar y preocuparse de si ésto tiene solución. Y eso, es un pensamiento ansiógeno también (generador de ansiedad).
Yo leí muchos, por no decir muchísimos, de artículos que tratan el tema, donde describen de qué se trata la ansiedad, de qué se trata el Pánico, las fobias, su relación con el stress, los tratamientos, los enfoques psicológicos, los grupos que existen de autoayuda, etc.
Practicamente todos los sitios que lei, y los artículos, hablan de un tratamiento corto, con medicación y efectivo a corto plazo, en la gran mayoría de la población que lo está padeciendo.
También pude ver que existen médicos homeópatas por ejemplo, que trabajan orientados a la cura de esta enfermedad con medicación homeopática y no psiquiátrica.
Hay por otro lado tratamientos alternativos de medicina no tradicional (con la cual coincido en muchísimos puntos de tratamiento) que desde otro enfoque, afirman que la cura es a corto plazo con solo unas sesiones de Reiki, Flores de Bach, Cromoterapia, Reflexología, Meditación, y otras cuantas más que existen y que siguen apareciendo.
Preguntas a mi terapeuta, a mi psiquiatra, lecturas de informes, de artículos, de libros, investigaciones en sitios especializados en el tema…por todos lados trato de encontrar una respuesta, que en el fondo…yo misma sé que no existe, yo sé que no puede saberse, y sé que mucho, sino todo, depende de uno mismo.
Seamos realistas, no podemos asegurar algo que no sabemos. Nadie creo yo, puedo decirnos que eso vaya a desaparecer con certeza, y menos que menos, decirnos en qué tiempo va a suceder el “milagro”.
Y a lo que me refiero es a lo siguiente: seguramente muchísimas personas han atravezado por situaciones de ansiedad con ataques de pánico, fobias, crisis, etc; y quizás ya quedó para ellos en el olvido y como una anécdota del pasado. Les sucedió como algo pasajero, en una situación determinada, y listo…nunca más noticias.
Otras personas, sufrieron alguna de estas situaciones durante un tiempo y tuvieron la suerte de reponerse y dejarlo atrás como un mal recuerdo. Pero….pasaron los años, y reaparecieron los síntomas nuevamente, sin ser bienvenidos.
Otras personas, lo están padeciendo hace tiempo, ya sean semanas, meses, años y todavía para ellos, no existió la cura definitiva.
Como no soy psiquiatra, no puedo dar una afirmación al respecto que genere expectativas o angustia dependiendo el caso en alguna persona, y es mi intención más lejana llegar a provocar eso.
Simplemente puedo hablar desde mi, mis vivencias, mi tratamiento, mis pensamientos y lo que pude aprender leyendo e investigando. Los tratamientos son efectivos, y no hay ninguna duda que son indispensables para empezar a recorrer el camino de la mejoría.
Si se cura definitivamente, creo yo, depende cada caso en paticular. Cada persona, cada situación, cada estilo de tratamiento.
Yo ruego porque así sea en mi caso y en el de todos ustedes que estén leyendo si lo están viviendo…, pero, si por más que pase el tiempo seguimos conviviendo con ésto, entonces al menos tratemos de llevarlo de la mejor manera posible. Aprendamos formas de hacerlo parte de nuestras vidas sin convertirlo en una limitación.
No dejemos los tratamientos que estemos siguiendo, no dejemos de poner voluntad, no dejemos la medicación si es que está indicada…aquellos que no se sientan bien y tengan miedo de hablarlo, pongan un corte, se acabó porque ya es hora de enfrentarlo y buscar ayuda.
Y pensemos positivamente, porque no hay duda que los pensamientos positivos generan situaciones positivas.
Y si creemos que podemos salir bien parados de ésto, seguramente así va a suceder...Aunque pasen los años...

Aquella primera vez…

Y claro…entender al Pánico sin conocerlo…me iba a ser bastante complejo. Y las cosas no pasan, hasta que pasan. Y cuando me pasó…ahí empecé a entender un poco más.
Volvía del trabajo como un día más, desde Nuñez hasta Almagro. Esa vez viajaba con un compañero de trabajo, y ya que el día me tenía un tanto agotada, apoveché que teníamos los dos asientos de adelante que van para atrás. Con lo cual, viajabamos los dos de espaldas al chofer y al camino que ibamos a recorrer.
Jamás tuve inconvenientes en sentarme de este modo, porque no me producía mareos, ni malestar, como si le sucede a mucha gente. No lo dudamos, y ahí nos instalamos a recorrer unos 40 mins de viaje.
Repentinamente, mientras escuchaba como mi compañero estaba hablandome de su bebé recién nacido, me di cuenta que no le estaba prestando absolutamente nada de atención, sino que estaba sintiendo un tremendo malestar en el pecho, mis manos empezaban a transpirar, sudar y mis piernas temblaban como si fuesen a quebrarse.
Intenté tranquilizarme, y pensar que era algo pasajero, un poco de calor, algo de cansancio, pero por más esfuerzo que hacía...no podía, y cada segundo era peor, y cada segundo escuchaba menos las palabras que me llegaban.
Llegado un momento de tanto malestar, me encontraba a 2 cuadras de mi casa, solamente 1 parada de colectivo. Pero no podía estar más allí arriba. Como fuese, yo tenía que bajarme de este colectivo en ese preciso instante.
Le dije como pude a mi compañero que no me sentía bien, me parecía que me había bajado la presión, que me bajaba. Sabiendo él que me encontraba a 2 cuadras de mi casa, no dudó en decirme que se bajaba, que no camine, y aunque sean 2 cuadras, tome el primer taxi que apareciera…el iba a quedarse conmigo hasta que yo esté arriba del auto. Moví a todos los pasajeros de lugar, como en una furiosa escapada...y logré llegar al timbre de parada, antes que arranque.
Mis sensaciones seguían aumentando, el temblor, flojedad de piernas, pensamientos de miedo, de temor, temor a la muerte, temor a un infarto, a un desmayo, a todo…a lo conocido y lo no conocido. Y yo, de viaje a casa solo por dos cuadras.
Ya en casa, con mi pareja, llamamos al médico de urgencia. Na da me sacaba la idea de que se trataba de un bajón de presión. En ningún momento pude imaginarme cualquier otra cosa.
El médico que vino, me revisó, me tomó la presión, me oscultó…y mi cuerpo estaba normal. No había signos de nada raro. Simplemente me dijo:” Pudo haber sido un poco de baja presión” pero ya pasó. Tomá líquidos, y cuidate.
Al otro día, estando en el trabajo, empecé a sentir todo de la misma forma, pero ésta vez, resultó muchísimo más doloroso, porque realmente ya no sabía de qué se trataba, pero sabía que algo estaba mal. Y empezaba a pensar que si mi cabeza tenía tantos pensamientos extraños y necesidad de no estar donde estaba….eso no era la presión sanguinea.
Me fui a casa, de urgencia. Cuando llamé nuevamente a la guardia, y logré a duras penas abrirle la puerta a mi mamá para que me acompañe en ese momento que realmente lo necesitaba, ya casi no podía hablar, temblaba, estaba descompuesta, traspirada, nerviosa, ansiosa, no había síntoma que se me escapase.
Ahí fue el principio. Luego de relatarle con todos los detalles lo que me estaba sucediendo, y lo sucedido el día anterior, el médico, muy perceptivo lo recuerdo, me dijo claramente: “ Vos no tenés problemas de presión, tampoco es algo físico…lo que pasaste ayer, y lo que estás atravezando en este momento son ATAQUES DE PÁNICO”….”y ya mismo tenés que hacer una derivación a psiquiatría para que puedan darte el tratamiento adecuado. Mientras tanto, yo te doy ya mismo una medicación sublingual que actúa de inmediato, así te calmás”…
Esas fueron las palabras del médico..Al otro día, ya con licencia médica, tuve mi entrevista para derivación terapéutica y psiquiátrica.
En ese momento empecé mis tratamientos con la medicación adecuada y orientada por mi psiquiatra.
En ese momento empecé a entender al pánico, a conocerlo…y a forzarme por aceptar que lo tenía conmigo.
Había tenido dos ataques de pánico sin saber qué era eso. Sentí que moría, que enloquecía y no conocía el nombre de esas sensaciones, el origen, el motivo.
El porqué de ese momento, el porqué del cómo…y demás..ya lo veremos en otro artículo.
Esto era simplemente contarte de Aquella primera vez…

De la Ignorancia a la Contención.

¿Le digo? ¿Le cuento? ¿Le explico? ¿Qué, cómo, de qué forma?...si no me va a entender, si no puede comprender algo semejante, no lo vivió, no sabe qué se siente.
Vos, yo, algunos de nosotros sabemos qué y cómo nos pasa. Otros muchos, lo ignoran.
¿Pero cuando dentro de esos muchos están las personas que nos rodean? ¿Cuándo sufrís ataques de pánico, agorafobia, claustrofobia entre otras y convivís con una persona que ni siquiera sabe si es una enfermedad viral, bacteriana, una locura pasajera, una exageración o algo contagioso?
La familia. ¿Se lo cuento?, ¿me pueden ayudar?, ¿van a ignorar todo lo que les pueda relatar?, ¿me darán alguna solución mágica que yo no conozca pero ellos si y seré feliz de una vez y para siempre?
Cuantas Preguntas.
Muchas de ellas me las hacía. Me las hice durante mucho tiempo. Quizás todavía algunas sigan rondandome en la cabeza.
El dolor de padecer estas sensaciones ¿era justo que también lo sienta la persona que yo quería? ¿Era justo que él se preocupara además de por sus problemas por una cuestión meramente psicológica y mia?
Cuantas Preguntas. Seguramente vos si lo pasaste o lo estás pasando te harás alguna o todas de ellas.
Ignorar no siempre implica rechazar. Ignorar no siempre implica dejar. Ignorar no siempre implica suponer.
Y sin darme cuenta…la persona que vivía a mi lado, quien sabía todo de mi, a quien amaba y sigo amando, estaba empezando a conocer un lado débil de mi persona. Ese lado que uno jamás quiere dar a conocer. ¿Por qué enterarlo de mi agorafobia, de mi miedo en la calle, de mis temores inorportunos si puede quedarse con la imagen de una mujer “del montón”, que trabaja, que estudia, que tiene sus hobbies, que se ocupa de su casa?... PORQUE PRECISAMENTE ES ESA PERSONA QUIEN MÁS PUEDE CONTENERTE CUANDO MÁS NECESITÁS DE SU CONTENCIÓN.
Amar es solamente compartir logros, éxitos y alegrías todos los dias?, o amar también es estar al lado de la persona que querés comprendiendo paso a paso lo que está transitando y buscando las mejores armas y formas de ayudarla?
En mi caso, amar significó eso y mucho más. Una terapia es una hora semanal. Una sesión de psiquiatría es 1 hora mensual. Y qué pasa el resto de las horas de nuestras vidas?..qué pasa con nosotros que convivimos con el trastorno de ansiedad y que no espera a que vayas a terapia para resurgir?...
Cuando pude abrirme, cuando pude explicar, cuando pude relatar sin ocultar, las sensaciones, las ideas, los pensamientos, los miedos, los pánicos..y cuando encontré el momento y el lugar para hablarlo…lo que era Ignorancia…empezó a convertirse en Contención.
Del dolor , a un dolor entendido.
De la vergüenza a la aceptación.
De la Ignorancia a la contención.

¿Por qué a mi?...o por qué no?

Cuantas veces desde mi primer ataque de pánico, desde aquellas primeras entrevistas con mi terapeuta, desde las primeras visitas a la psiquiatra...cuántas veces me pregunté y les pregunté: ¿Por qué a mi?. ¿Por qué me pasa a mi? ¿Qué tengo yo para tener que soportar este calvario todos los días? ¿Qué hice o qué no hice para atraer hacia mi este trastorno de ansiedad con sus manotas de pulpo como mis ataques de pánico, mis fobias, mis miedos?
¿Por qué no?...esa respuesta la obtuve más de 1000 veces en terapia.
Pero no la digerí. No la acepté. No me gustó.
Yo quise saber por qué a mi, y en mis recodos de objetividad y racionalidad también he preguntado por qué a mi y a esas "otras personas" que no sé pero también les pasa?
Bueno, estamos de acuerdo en que vivimos en una sociedad que cada vez está más apestada de stress, de "ansiedad", de corridas, de emergencias, de violencia, de miedos.
Pero si creemos que esta es la única causa, entonces daríamos por hecho que toda la sociedad entera sufriría ataques de pánico, fobias y toda esa melange de enemigos mentales.
Entonces, yo te sugiero, y me sugiero todos los días, que empecemos a aceptar lo que nos toca. Pero aceptémoslo para empezar a cambiarlo. No nos resignemos, no dejemos que esto ocupe el día a día en nuestras vidas.
El primer paso, no nos castiguemos más con preguntas sin respuestas porque bastante cargamos con todas nuestras sensaciones.
El segundo paso, busquemos ayuda, y tratemos de encaminarnos para ir cambiando de a poco todo lo que no nos gusta que nos está pasando.
El tercer paso, aplaudamos nuestros logros, por más pequeños que sean.
y podemos seguir con la lista, pero no tiene sentido, porque cada uno tiene la suya, y a cada cual su ritmo.
Por qué a mi?...porque sino me hubiese pasado, no estaría escribiendote nada de todo esto.
Empezá por el principio, es un largo camino, si llegamos, no lo sabemos, pero a transitarlo hay que arrancar.
Aceptar. Por qué no?...

Es mi cuerpo? es mi mente? son los dos?

Voy a citar a Joaquin, para mi, un gran maestro que escribió libros con increíble simpleza y transparencia, y es hoy por hoy lo que para mi fue la mejor fuente de información en la web acerca de los trastornos de ansiedad; no es médico, no es psicólogo, sino que simplemente ha pasado por todo esto con total y absoluta atención de las vivencias..y que ha podido plasmarlas de un modo irrepetible a mi parecer, con quien me he sentido total y absolutamente indentificada en todas sus frases...
...Él dice: " ...conduce a quienes sufren agorafobia a evitar todo tipo de sitios o situaciones que les puedan provocar las sensaciones a las que temen, por miedo a perder el control y sufrir una crisis de ansiedad, o morir de forma inminente al experimentarlas, o perder el control y volverse locos o cometer alguna locura, se produce a partir de una primera crisis de ansiedad, o de algún episodio de intenso miedo en aquellas personas que sufren de agorafobia aun sin tener crisis de pánico. "
Y qué es esto?...lo pasaste¿?...te está pasando¿?...le pasa a alguien que querés mucho pero no entendés de qué se trata y cómo ayudarlo¿?...
Si leemos la definición...entre otras vemos "El agorafóbico tiende a evitar situaciones potencialmente ansiógenas como: salir de casa, usar transportes públicos, ir de compras, comer en restaurantes, entrar al cine, hacer deporte, viajar, estar en lugares públicos, áreas amplias, etc; lo que generalmente presenta un grave problema en su vida, ya que casi nunca deja su hogar; y al hacerlo, generalmente presenta una gran cantidad de ansiedad causada por el pánico."
Y yo te digo que sin lugar a dudas: ES ASI.
Yo no soy tampoco psicóloga, ni socióloga, ni médica, y tampoco especialista en trastornos fóbicos ni de ansiedad. SOY AGORAFOBICA. Y es por eso, que a mi manera, te trato de plasmar qué pasa, cuándo, cómo...por qué...(aunque esta pregunta todavía yo ni la pude responder)
Hace unos años, no más de 10, caminando por la calle, empecé a sentir que algo no me dejaba moverme como lo hacía hasta ese momento. No estaba segura de qué se trataba, no sabía si era físico, aunque me estaba fastidiando bastante. ¿Qué sensaciones tenía?..me sentía mareada, me sentía preocupada por caerme, por desmayarme, me sentía perseguida, me sentía observada en mi caminata alterada e irregular, sentía que desesperaba por llegar a destino.
Esta situación se repitió durante mucho tiempo. Jamás lo pude atribuir a nada en particular, y como tantas otras cosas...lo dejé pasar.
Luego en otro relato te contaré todo lo que sucedió en el medio, pero me interesa poder cerrar putualmente éste tema de "mi" agorafobia.
Por qué puse mi entre comillas?...porque cuando uno conoce lo que realmente le está pasando, siente que solamente le pasa a uno. Nadie más en el mundo puede estar pasando por esta situación sería una tremenda locura. Bueno...sigamos.
Años después...y no hace más de 4...acudí a terapia y atención psiquiátrica. La derivación fue especificamente a causa de tres ataques de pánico en 1 semana.
Allí empecé a comprender, a entender y a aceptar entre otras cosas (que ya iremos viendo) que una de mis "visitantes", desde hacía años, era precisamente la AGORAFOBIA.
Esa cosa rara, esa sensación, ese malestar que arrastraba desde años y que dejé pasar, era una parte porcentual importante y sumamente desgastante en lo que hoy por hoy es mi Trastorno de Ansiedad.
Aquí es donde uno empieza a preguntarse cada vez más cosas, a causa de qué?...de saber más acerca de lo que le está sucediendo.
Y yo, al igual que vos si lo estás padeciendo, te cuento que no somos los únicos. Eso no es consuelo, vaya que no lo es para nada...sino, por qué seguir tomando medicación y acudir a terapia para tratar de entender qué es eso de tener miedo de andar en la calle?
Tenemos miedo. Tenemos miedo de caminar solos. Tenemos miedo de cruzar avenidas. Nos mareamos, nos asustamos, nos palpita el corazón, queremos llegar, queremos volar de donde estamos, nos empieza a faltar el aire...sí. Eso es parte de la agorafobia. Eso es parte mia, por ahi también parte tuya.
Y es el cuerpo? es la mente? son los dos?...
Nuestra mente está manejandonos con el miedo...nuestra mente está pensando en todas esas cosas que creemos que nos pueden pasar..y qué pasa?...el cuerpo lo siente. El cuerpo se asusta. El cuerpo recibe esas señales de alerta, y creemos que se nos acaba la vida.
Y todos los días, salir a la calle resulta un desafío.Volver a casa, es un desafío. Caminar solos es un desafío.
Pero aqui y para terminar, te transcribo la palabras de mi terapeuta...porque creo que de ésta manera podemos empezar a darle una vuelta de tuerca a todo esto.
"...hay miedo, hay sensaciones, hay agorafobia...pero HAY LOGROS, si llegaste a donde ibas, lo lograste, si tenías miedo de subir al colectivo, pero viajaste y no te bajaste, LO LOGRASTE..."
Veamos ese lado. Empecemos a resaltar los logros, y tratemos de sacar por un ratito los pensamientos que nos lastiman.

¿Qué es todo esto que no entiendo?

Muchos libros, muchas páginas de Internet, muchos artículos en revistas, en diarios, en suplementos, muchos psicoanalistas, muchos psiquiatras, mucha gente que sabe, mucha otra que sabe "algo", muchos informes de TV...
Lo encontramos en todos lados, lo leemos, lo escuchamos, lo tratamos de entender.
Hasta que nos pasa. Ese es el preciso momento en que todo eso que te nombre...queda corto, es poco, no alcanza, no sirve, no me conforma, no me resuelve ni me soluciona nada.
¿Qué me pasa? ¿Qué estoy sintiendo? ¿Me estoy muriendo? ¿Me estoy volviendo loca? ¿Necesito internarme? ¿Necesito inyecciones?...
¿Cómo puede una persona que jamás vivió un ataque de pánico, saber si lo está sufriendo por primera vez que se trata precisamente de eso?
...demos por hecho que es imposible por ahora.
Lo viví...lo sentí en carne propia., más de 1 vez, fueron varias. Sé lo que se siente, sé de qué se trata, puedo entender a aquellos que no lo vivieron la ignorancia por el desconocimiento.
Y a todos aquellos que sí lo vivieron, aquellos que todavía están pasando por ésto...estemos acá para buscarle salidas, entenderlo, aprender a convivir.
En este espacio, en este lugar, en este blog, de a poco, con mi mayor énfasis en ayudarte y ayudarme voy a ir dejando mis vivencias de todo esto.
En este primer artículo simplemente voy a dejarte en claro algo que aprendí luego de varias sesiones de terapia a fin de que podamos hablar un mismo idioma y tengamos claro de qué se trata todo esto.
Los ataques de pánico son solamente una parte de lo que se conoce como Trastornos de Ansiedad Generalizado (TAG), y, dado que solamente son una parte, nos queda mucho más de qué charlar...muchas cosas por profundizar, vivencias que contar y tabúes que yo, en lo personal quiero destrabar, porque te pasa a vos, y te cuesta decirlo, porque lo sufris hace años, meses y no sabés qué es, porque no podés buscar ayuda.
Intentemos entenderlo.
Intentemos saber qué es.
Ese es el primer paso.
Después vemos como seguimos...